El aire comprimido es un medio de energía versátil que contribuye enormemente para que una gran diversidad de aplicaciones industriales opere con suma eficiencia de acuerdo a las especificaciones de sus procesos productivos. Las utilidades obtenidas por el usuario aumentan en la medida que, no satisfecho con emplear los equipos y componentes de mejor desempeño, aprovecha al máximo los beneficios de esta fuente energética. Lo más acertado en estos casos es configurar un sistema que se ajuste exactamente a los requerimientos de la aplicación. Para ello, debe programarse la operación con base en una serie de aspectos relevantes tendientes a reducir significativamente los costos operativos, de modo que el sistema de suministro se destaque por su bajo consumo energético, flexibilidad, óptima disponibilidad y, sobretodo por producir aire de la calidad y el grado de confiabilidad que responda a las expectativas del usuario. |